sábado, 26 de noviembre de 2011

El papel de las mujeres en la Revolución


La participación de las mujeres en la Revolución Mexicana
Periodistas y escritoras
  • Las periodistas formaron parte de un grupo de mujeres en la actividad política y social.
  • Fundaron periódicos de oposición al régimen y en defensa de las clases desvalidas.
  • Juana Belén Gutiérrez de Mendoza dirigió el periódico Vésper, consagrado a defender a los mineros y a combatir la dictadura. Esta publicación llamó la atención de la opinión pública y el mismo general Díaz advirtió la presencia de esas hojas.
  • Guadalupe Rojo, viuda de Alvarado, directora del periódico Juan Panadero, fue presa en la cárcel de Belén por defender a los campesinos de Yautepec. Periódico difundido en Guadalajara y después en México.
  • Emilia Enríquez de Rivera, “Obdulia”, sostenía ideas renovadoras en la revista Hogar; mientras que Julia Sánchez, “Julia Mata”, lanzaba violentas críticas a la oligarquía en El látigo justiciero. “El despotismo reinaba, al grado de prohibírseles a los impresores dar publicidad a nuestros escritos so pena de sufrir dos años de prisión, cinco mil pesos de multa y el decomiso de sus imprentas. A los que trasgredimos dicha orden se nos obligó a exiliarnos a sufrir hambres, miserias, espionajes, persecuciones…” (Mendieta, 1961).
  • Desde la Sierra de Guerrero se lanzó el Plan Político y Social, cuya redacción se confió a Dolores Jiménez y Muro, quien había sido redactora de El Diario del Hogar; en este documento —escrito por revolucionarios de cinco entidades de la República— se desconoció el régimen porfirista por “haber suprimido la prensa independiente, cerrado clubes, prohibiendo toda manifestación reveladora de la opinión pública y llevando a las cárceles, sin respetar a las mujeres… y se propuso modificar la ley de imprenta, proteger a los indígenas, aumentar los jornales de los trabajadores de ambos sexos y reducir a 9 las horas de trabajo”.
  • María Hernández Zarco se hizo notable porque en 1913, cuando todas las imprentas de la capital se negaron a imprimir el discurso del Senador Belisario Domínguez —en donde condenaba el régimen de Huerta—, ella lo hizo a escondidas, por las noches, en el taller de Adolfo Montes de Oca, donde trabajaba. “El clima propicio a una renovación se gesta en los periódicos que denuncian un malestar nacional. Precisamente en la prensa de oposición encontramos la primera participación femenina” (Mendieta, 1961).
 Conspiradoras

En los complots, paso de armas, correos y difusión de noticias, sobresalieron Carmen Serdán, hermana de Aquiles Serdán; Carmen Alatriste, su madre; y Francisca del Valle, su esposa; también se involucraron Guadalupe, Rosa y María Narváez, quienes coordinaron las operaciones en el estado de Puebla, imprimieron y repartieron proclamas, así como distribuyeron armas, para luchar contra el régimen de Díaz.
“Al sospechar las autoridades poblanas que el domicilio de la familia Serdán se había convertido en un arsenal, ordenaron el cateo de la casa de Santa Clara, siendo el coronel Miguel Cabrera, jefe de la policía, el encargado de ejecutar la diligencia. Aquiles Serdán confiaba, mejor dicho, estaba seguro, según me lo afirmó su hermana Carmen poco después de los acontecimientos, de que la gran muchedumbre de revolucionarios comprometidos los secundarían y por eso se encerró en vez de escapar como pudo haberlo hecho y, por ello, Carmen, en el paroxismo de la desesperación, al cerciorarse de que los comprometidos no respondían a la señal convenida, pese a las bombas lanzadas, salió al balcón principal de la casa y dirigiéndose a los curiosos que estaban cerca de Santa Teresa, los arengó, agitando en la diestra el rifle”, afirma el Lic. Isidro Fabela (Mendieta, 1961).
Carmen Serdán y las hermanas Narváez fueron las primeras colaboradoras del movimiento precursor; después, participaron como orientadoras ante la dispersión originada por el asesinato de Serdán y trabajaron en la distribución de armas, correos, noticias y órdenes.
Como verdaderas conspiradoras, tenían sus seudónimos: Carmen Serdán era “Marcos Serratos”, Guadalupe Narváez era “María Gómez” y Rosa era “Rosa Nerbo”. Al mismo tiempo, en Chihuahua, Juana Gamboa prestó servicios de correo.


Asociaciones femeninas
  • Formaron clubes liberales y antirreleccionistas. Mantuvieron el espíritu de lealtad y protesta contra la usurpación Huertista. El 22 de febrero de 1913 fue asesinado el Presidente Madero y el poder fue usurpado por el general Victoriano Huerta.
  • La profesora María Arias Bernal organizó el Club Lealtad, junto con Dolores Sotomayor, Inés Malváes, María Elvira Bermúdez y Eulalia Guzmán.
  • Aparte de defender a los presos políticos y difundir noticias y propaganda, todas las semanas organizaban manifestaciones ante la tumba del mártir.
  • Clubes femeninos lucharon contra el régimen del usurpador Huerta, como el que dirigieron María Arias Bernal, Dolores Jiménez y Muro, Mercedes A. Arvide y otras, quienes, a su vez, formaron la agrupación Hijas de Cuauhtémoc, para oponerse al huertismo y ensayar los primeros pronunciamientos indigenistas.
  • Hermila Galindo, de Ciudad Lerdo —quien, a sus 17 años vino a México y fue oradora del club Abraham González—, fundó la revista Mujer moderna y solicitó el voto femenino al Costituyente de 1916; también hizo la propaganda de Don Venustiano Carranza.


Sindicalistas

Las mujeres que fundaron en 1906 la Sociedad de Empleadas de Comercio son precursoras del sindicalismo. Sus actividades fueron principalmente asistenciales: fundar academias de comercio, de música, un gimnasio, una caja de préstamos a socias enfermas.

“Las precursoras del sindicalismo obrero se destacaron cuando, el 7 de enero de 1907, la huelga de obreros textiles fue desautorizada por el laudo presidencial. Cuando los trabajadores de la fábrica de Río Blanco, en Orizaba, se disponían a reanudar sus labores un grupo de mujeres decidió impedirlo. Los empleados de la empresa les dispararon y sobrevino la violencia. La tienda de raya fue incendiada. Intervino el ejército y resultaron más de 100 obreros muertos. Estas precursoras tienen nombre y apellido, entre ellas Isabel Díaz de Pensamiento, Anselma Sierra, Carmen Cruz, Margarita y Guadalupe Martínez y Lucrecia Toriz, quien se enfrentó a los soldados enarbolando una bandera” (Salinas, 2000).


Mujeres que vendieron sus bienes

Algunas mujeres vendieron sus bienes, entre ellos joyas, con el fin de comprar armas para la Revolución. “La carencia de fondos era extrema, pues ni para que se sostuvieran en San Antonio todos los emigrados había cantidad suficiente, siendo ésta una de las causas por las que entre algunos reinaba cierto descontento contra el señor Madero. Éste había escrito a su esposa para que vendiera sus alhajas para poder comprar armas que iban a necesitar en la expedición de Calixto Guerra… esta petición estaba fincada en la confianza y desinterés que animaba a doña Sara” (Mendieta, 1961).



Enfermeras

Las enfermeras de la Cruz Blanca Constitucionalista estuvieron en los puestos de avanzada y establecieron hospitales de sangre. “Dentro de la lucha, una de las misiones tradicionales de la mujer apareció en todos los lugares, la de enfermeras. Las había de todo tipo, principiando con las que tenían solamente buena voluntad, conocimientos de yerbas y hacían curaciones primitivas. Ellas iban a la retaguardia y eran generalmente soldaderas… cuando el dolor de los heridos era ya insoportable les daban nuestros populares narcóticos… un herido pedía a gritos que le pegaran un tiro. Ante el sufrimiento la ‘Chata Micaela’ se encaramó en el carro, encendió un cigarro de marihuana —Dios te lo pague, mujer— dijo el hombre y a poco se calmó” (Mendieta, 1961).



Soldaderas

“La Revolución Mexicana fue un movimiento de masas que obedeció a circunstancias locales, así como nacionales; la participación de la mujer en las diferentes regiones y fracciones revolucionarias también siguió esas pautas de espontaneísmo. Las mujeres estuvieron detrás de sus hombres, a su lado y muchas veces sin ellos. En la medida que la lucha armada se hizo más cruenta y la escasez más apremiante, la mujer incrementó su participación revolucionaria, pero ésta cobró matices específicos en razón de la región y del grupo revolucionario al que se afilió” (Lua, 1993).

Independientemente del bando al que pertenecieron, tomaron las armas y combatieron al lado de los hombres; sostuvieron la moral de la tropa, caminaron en la retaguardia, buscaron alimento, lo prepararon y distribuyeron, parieron a sus hijos, desempeñaron comisiones como espías, lloraron por sus muertos y también murieron. Las mujeres soldaderas fueron:
  • Soldaderas del Ejército Federal.
  • Zapatistas que pelearon al lado de Emiliano Zapata y sus generales, mujeres campesinas.
  • Las Adelitas que pelearon en el norte con el general Villa.
“Junto a las grandes tropas de Francisco Villa, Emiliano Zapata y Venustiano Carranza, más de mil novecientos líderes lucharon en bandas rebeldes. Las soldaderas pululan en las fotografías. Multitud anónima, comparsas, al parecer telón de fondo, sólo hacen bulto, pero sin ellas los soldados no hubieran comido ni dormido ni peleado” (Poniatowska, 1999).
Las soldaderas tenían que preparar una comida con sus escasas provisiones; de hecho, podían alimentar a un centenar de hombres al día; sus alimentos no estaban preparados, llevaban maíz, el cual molían en un metate y amasaban hasta formar las tortillas que cocían en un comal; llevaban también frijoles, café y carne en tiras. “Las quejas de la violencia contra las mujeres antes de la Revolución y durante ella son innumerables y quizá aquellas que se vistieron de hombre lo hicieron como forma de defensa a la violencia masculina” (Lua, 1992).
Entre el fuego de las ametralladoras y los fusiles, el cañoneo y el avance de la infantería, el tronar de la metralla y el galope de los caballos, muchas mujeres se hicieron famosas por dirigir grupos rebeldes.


Las coronelas
  • Carmen Alanís se levantó en armas en Casas Grandes Chihuahua y participó en la toma de Ciudad Juárez con 300 hombres a su mando.
  • Juana Gutiérrez de Mendoza y La China comandaron un batallón formado por las viudas, hijas y hermanas de los combatientes muertos.
  • Dolores Jiménez y Muro, coronela redactora del Plan Político y Social, desconoció al régimen Porfirista.


El Carrancismo

El Carrancismo fue la fracción triunfadora en la Revolución y asumió la dirección del país; este gobierno dictó una serie de leyes. Al igual que Madero, Carranza recibió correspondencia de mujeres que le expresaban sus inquietudes políticas y, al mismo tiempo, les proporcionaban información de lo que pasaba en sus localidades.

Para que otorgara una posición favorable a la mujer, fue decisiva la relación que sostuvo con Hermila Galindo, cuyo proyecto de feminismo pudo combinarse con el constitucionalismo. Ella fue la primera mujer que solicitó el voto femenino al constituyente de 1916; asimismo, hizo la propaganda de don Venustiano Carranza.
El 2 de enero de 1915 se estableció: “el matrimonio podrá disolverse en cuanto al vínculo, ya sea por el mutuo o libre consentimiento de los cónyuges cuando el matrimonio tenga más de tres años de celebrado”.
El 12 de abril de 1917 Carranza promulgó la Ley de Familiares, la cual entró en vigor ese mismo día. Con ésta, la mujer quedó en condiciones de ejercer la Patria Potestad.


Logros de las mujeres en la Revolución
En 1939, el Presidente Lázaro Cárdenas reconoció ampliamente la veteranía y la “Condecoración del Mérito Revolucionario” tanto a hombres como a mujeres. En el archivo histórico militar existe un alista donde están los nombres de los actores femeninos del movimiento revolucionario.
Para obtener las condecoraciones de veteranas de la Revolución —es decir, diplomas, medallas y una recompensa económica—, las excombatientes debieron presentar los documentos que acreditaban su participación; ésta se comprobó a través de sus propios relatos, avalados por dos constancias de participación, así como de fotografías, impresos, cartas, telegramas, recortes de periódicos, nombramientos y en general documentos oficiales firmados por Madero o Carranza, los cuales se resguardan actualmente en el archivo histórico militar de la Secretaría de la Defensa Nacional.


















3 comentarios:

  1. El texto es estupendo... valdría la pena que desglosaras el tema en muchas entradas y pusieras tu opinión al respecto, en lugar de hacer una sola entrada tan extensa... es para que te lean.

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  2. Lástima que ya no hubo más entradas. Felices fiestas¡¡¡¡¡¡

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